Después de dar la bienvenida a la primavera, el verano y el otoño con maravillosas lecturas no podíamos hacer menos con la estación más fría. La verdad es que podríamos enumerar las muchas cosas que nos encantan del invierno (la montaña, la nieve, llevar gorros y calcetines, disfrutar del sofá, la manta o de un chocolate caliente…) pero nos callamos, no te aburrimos, y mejor te recomendamos siete estupendos libros infantiles para disfrutar en invierno.
TANIA VAL DE LUMBRE DE MARIA PARR Y ZUZANNA CELEJ (NÓRDICA, 2015)
Tania tiene nueve años, es alegre, sociable y se apellida Val de Lumbre como el lugar en el que habita, un remoto y pequeño valle. La pequeña vive en una granja con su padre. Su madre es científica y pasa la mayor parte del año en Groenlandia estudiando el deshielo de los polos. Tania es la única niña del valle aunque eso no le supone ningún problema. Le encanta deslizarse en trineo por Cerro Chico al grito de «velocidad y autoestima» y enfadar a Klaus Hagen, el dueño de un camping en el que no se admiten niños. Su mejor amigo es Gunnvald, que toca el violín y tiene setenta y cuatro años. La llegada de una carta, sin embargo, lo cambiará todo y Tania descubrirá que el mundo de los adultos, con sus secretos y sinsabores, resulta más complicado de lo que ella pensaba.
Con agilidad narrativa, fantásticos diálogos y homenajes varios a la literatura infantil, Maria Parr nos regala una historia maravillosa sobre la forma de entender el mundo de una niña y su voluntad para cambiarlo.
EL MUÑECO DE NIEVE DE RAYMOND BRIGGS (LA GALERA, 2007)
En un frío día de invierno un niño construye un muñeco de nieve en su jardín. A medianoche el pequeño oye unos ruidos en la ventana y al asomarse descubre que el muñeco de nieve ha cobrado vida. ¿Qué ocurrirá?
En este bello álbum ilustrado Raymond Briggs nos narra, sin palabras y de modo magistral gracias a la secuenciación de imágenes, la tierna amistad entre un niño y el muñeco de nieve que él mismo ha creado. Las ilustraciones, con lápices de colores, poseen una gran fuerza expresiva al tiempo que la suavidad de las líneas y los tonos escogidos son capaces de conferir calidez al relato y transmitir a la perfección los sentimientos de los personajes.
UN DÍA DE NIEVE DE EZRA JACK KEATS (LATA DE SAL, 2013)
Peter despierta una mañana de invierno para descubrir con alegría que ha nevado durante la noche. Es el primer día de nieve para él y por eso no tardará en salir a la calle para jugar y disfrutarlo.
En esta historia atemporal, hermosa por su propia sencillez, Keats nos hace partícipes de la fascinación y el disfrute de un niño, cualquier niño, ante la primera nevada de la estación y su capacidad para convertir lo corriente en extraordinario.
EL GNOMO NO DUERME DE ASTRID LINDGREN Y KITTY CROWTHER (CORIMBO, 2013)
En las frías noches de invierno en el corazón del bosque, cuando todos los moradores de la granja duermen, el gnomo se levanta y cuida de la granja y sus habitantes: va a la cuadra, al establo, habla a los niños y a los animales en un idioma que solo ellos entienden… Así el gnomo los reconforta y los tranquiliza.
En El gnomo no duerme el texto de Astrid Lindgren se caracteriza por su lenguaje poético y su estructura repetitiva, de manera que resulta apropiado para leerse en voz alta. Las ilustraciones de Kitty Crowther, en este trabajo de estilo más tradicional, son cálidas, íntimas. Su uso de los puntos de luz en la oscuridad de la noche transmite quietud, serenidad, y consigue crear una atmósfera de seguridad y bienestar acorde con el relato.
BÚHO EN CASA DE ARNOLD LOBEL (EDICIONES EKARÉ, 2017)
Lobel nos presenta cinco breves cuentos con la noche como escenario, protagonizados por el señor Búho, sensible, generoso y amante de las pequeñas cosas. Búho es capaz de invitar a su casa al invierno para que se caliente junto a la chimenea, ser amigo de la luna o disfrutar de un buen té de lágrimas.
Búho en casa reúne historias con situaciones cotidianas cargadas sin embargo de gran lirismo y dulzura. Como suele ser habitual en Arnold Lobel, su prosa destaca por su sencillez, concreción y poética.
FREDERICK DE LEO LIONNI (KALANDRAKA, 2011)
Una familia de ratones se prepara para el invierno recogiendo provisiones. Todos trabajan menos Frederick, que parece no hacer nada. Sin embargo él también acopia suministros: rayos de sol, palabras, colores… Porque Frederick es poeta y su labor necesaria para que los ratones puedan sobrellevar de la mejor manera la crudeza del invierno.
En este ya clásico álbum ilustrado, Leo Lionni reformula la materialista fábula de la cigarra y la hormiga para crear una historia sobre la aceptación de la diferencia, la propia identidad y la necesidad de la belleza y el arte en la vida. La expresiva propuesta plástica, acorde con el tono de la historia, destaca por el uso del collage y la monotipia.
SOFÍA VIAJA A LA ANTÁRTIDA DE ALISON LESTER (EDICIONES EKARÉ, 2014)
La pequeña Sofía viaja con su padre a la Antártida a bordo del Aurora Australis, el barco rompehielos que capitanea su padre, para llevar pasajeros y suministros a la estación Mawson. En su diario la niña nos hace partícipes, a través de anotaciones y dibujos, de su viaje desde Australia hasta el continente helado y su posterior regreso. Sofía nos relata la vida en el barco, nos habla del mar y los icebergs, las tormentas, los animales que va descubriendo en su periplo, los exploradores que con mayor o menor fortuna recorrieron la Antártida…
En este excelente libro informativo, narrado a modo de diario, nos sumergimos de forma clara, ágil, fresca y emocionante en el continente antártico y sus múltiples aspectos: científico, histórico, geográfico, biológico… La propuesta gráfica también destaca por su riqueza visual al mezclar fotografías, mapas, planos, sellos o ilustraciones.
¿Qué libros nos recomiendas para leer al calor de la lumbre?